lunes, 22 de enero de 2018

EN VOZ ALTA, de Josef Antoni

 En voz alta, de Josef Antoni
15x11 cms, 104 pags, 6,5 € (envío incluido).

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Pedidos: reflectorlibros ( en ) gmail -punto- com 

En voz alta es la reedición de un libro de poesía, que me autogestioné en el año 2013 con la colaboración desinteresada de la asamblea del 15M de Villaverde, y en concreto del compañero Carlos; un libro que recogía mis dos primeros poemarios, Una antorcha de luz y Todo está en calma, y con el que ahora, cinco años más tarde, y tras conocer a David y Natalia, doy un paso más, reeditándolo con el proyecto editorial Reflector Libros.

Reedito En voz alta, porque en su primera publicación, inmerso en la explosión del 15M, no le doy la importancia que para mí tiene, y tengo ahora la necesidad de celebrarlo.
Como novedad, incluyo el original de Una antorcha de luz, que prácticamente es un poemario nuevo, pues en la anterior edición, lo que publiqué es una posterior reescritura del texto.
Este libro que tienes en tus manos, es un grito de guerra, un arma arrojadiza contra este sistema enfermo, que atenta contra las personas vulnerables.

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Prefacio
Soy la mano sin uñas pendiente de un teléfono móvil.
El cigarro encendido frente a un reloj que agotó sus horas de sueño.
Soy el lumbago de un martillo industrial que hiere con sus golpes la acera.
La respiración agitada que anegó sus pulmones.
La última gota de sudor en los poros.
Una úlcera en la cola del paro que agotó su subsidio.
Soy la dermatitis, el pelo caído, soy un número en rojo.
En la pared de mi cuarto cuelga la cola del último zorro.
Amarré la soga de Judas a la rama más alta.
Abordé un galeón repleto de oro que venía de las islas.
Prendí fuego a los pozos de crudo en las mil y una noches.
Abandoné con sus muertos a Lope de Aguirre en la selva.
Y pagué la comisión de un político con billetes sin número.
Ese soy yo.
Apoyé a George Bush en la última guerra.
Bombardeé una ambulancia, un hospital y un almacén de comida.
Endeudé un país, y dejó de ser libre.
En la última huelga conté treinta monedas.
Arrojé a las llamas el último informe del cambio climático.
Provoqué un huracán en una isla que contrariaba mis órdenes.
Costeé un grupo armado para derribar un gobierno.
Y me quedé con el piso de un hombre que se encontraba en el paro.
Soy las ruedas de un coche que desgarra el asfalto.
El sudor de una máquina que se alimenta de éxtasis.
La corona de un reloj en la cresta de un punki.
La cara oculta de la luna, el engaño.
Soy un demente con los nudillos manchados de sangre.
Ese soy yo.
El que cierra los ojos al besar unos labios.
El que descubre el sabor de la miel al besar la piel tersa.
El que al intercambiar sus fluidos encuentra una fuente de agua.
El que sintió la ternura de un niño en el líquido amniótico.
Ese soy yo.
El que se aferra a su amiga Ginebra porque detesta en la pared los vinilos,
la alfombra de Persia, los suelos de mármol.
El que se esconde en su cuarto cuando escucha los gritos de un niño.
El que ha construido una prisión de sus sueños.

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