viernes, 26 de mayo de 2023

ASÍ EN LA TIERRA, de Silvia Delgado

Así en la tierra, de Silvia Delgado.
15x11 cms, 62 páginas, 5 € (envío península incluido).
Colección "Al Margen".
Edición limitada de 200 ejemplares.
Pedidos para la versión en papel: reflectorlibros ( en ) gmail -punto- com
o a la propia autora: silviasope arroba gmail com.

Poemario compuesto por dieciséis retratos de mujeres trabajadoras desde el centro de la herida del mundo: la extracción de plusvalía a costa de vidas, ecosistemas y futuros.

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Soy recicladora

Mi infancia fue caminar por las calles con el ruido de las ruedas oxidadas que cargadas de papel y de botellas cantaban elegías.
Mi infancia fue buscar en la basura ante la mirada repugnante de quienes no veían nuestra hambre.
Mi infancia fue una más en un paisaje de ordenadas podredumbres,
de despojos arrinconados,
de residuos molestos apilados al azar por quienes tanto tienen.
Mi infancia fue eso, vivir arrastrando el peso que a cambio de unos pesos quizá nos alimentara.

Hoy soy una mujer que oficia la misma liturgia de cargar en el mismo carro las mismas cosas para venderlas.
Y lo mismo se nos desprecia.
No quieren saber que sin nosotros los ríos estarían más sucios, más sucio estaría el mar y más enfermaría la tierra.
No quieren saber que nuestras manos, heridas por los cristales, salvan un poco, una pizca, nuestro mundo de la debacle.
No quieren saber, no les importa, el porvenir de los hijos,
el mañana de esos niños que nada hicieron en este desastre
de desperdicios enterrados o flotantes.

Soy recicladora,
ojalá mi infancia haya sido la última infancia de frío cuando nos miran.
Ojalá un día acepten que la miseria no es digna y que por escapar de ella buscamos entre sus ruinas,
ojalá un día nos saluden simplemente,
simplemente vean que esta legión de andrajosos limpia el aire y limpia el suelo.
Ojalá un día, los que ahora nacen en la opulencia, nos humillen poco o nada
y poco o nada se lamenten
y poco o nada sientan las dentelladas en las tripas que yo he sentido desde siempre.






Soy poeta

Pongo letra a las que viven sitiadas en sus hogares callados,
en sus trabajos forzosos,
en la esperanza más quieta.
Escribo erguida, de puntillas para ver que en la multitud hay mujeres
prisioneras en todos los lugares, todos.
En todas las miserias, todas.

Soy poeta.
Mi canto es un canto viejo que, como un niño perdido, aparece.
Mi canto es como un perro olvidado que se muere lentamente.
Mi canto es para quienes respiran en lechos endurecidos sin la alquimia de los sueños.
Es pobre porque es de pobres poetas describir para tan pocos la cotidiana tristeza de quienes nunca abandonan la mala suerte.

Soy poeta.
Me piden risa y no tengo.
Sólo encuentro a estas mujeres que deambulan
derramando sangre preciosa antes de que sea su hora.
Sólo encuentro mujeres que llevan la cruz y ya ni vierten lágrimas.
Sólo encuentro caras gastadas y verdades sencillas en lugares hostiles donde apenas queda vida.
Sólo encuentro mujeres multiplicando su savia cuando ni siquiera amanece para los hijos del hambre.
Sólo encuentro este dolor genuino que embiste la calma y destroza los huesos de cada mañana.
Así son las cosas.
Así es en la tierra.


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Sobre la autora:

Cuando me preguntan cómo llegué a la poesía mi respuesta es: rota y a los 28 años.
A esa edad se produjo un quiebre en mi vida, algo así como una tormenta interior que me sacudió dejándome en ruinas.
En aquel año o en los meses siguientes descubrí que el cordón umbilical que me unía a la vida era la palabra y a través de ella, atravesada por ella, encontré la poesía y me quedé a su lado.
Hora tras hora, semana tras semana, leía voraz y gratuitamente.
En aquellos dos años que me costó encontrar a Silvia entre los escombros, nació un poemario que titulé “Y que hablen en mis palabras todas ellas”. 
Y con aquel poemario, sin madurar y sin publicar marché a México, al encuentro de mujeres poetas del País de las Nubes de Oaxaca. Nunca pensé que permitirían a una poeta como yo, (que recién empezaba), compartir con poetas del mundo versos tibios de una mujer de la que nada se sabía.
Sucedió que mis poemas llegaban a la gente, a los jóvenes en las universidades, a los empobrecidos en las plazas. Me sentí unida a todos los que en medio de aquel silencio reverencial se rompían al terminar.
Regresé a casa con el convencimiento de que ese era mi lugar en el mundo. Había nacido dos veces. El último parto de mí misma, sin lugar a dudas, era el de poeta.
Seguí escribiendo, día a día, arrancando horas del sueño y del cansancio, evadiéndome en los trabajos en los que mientras limpiaba casas o cuidaba enfermos o servía cervezas en los bares yo pensaba en los versos que escribiría o en los poetas que iba conociendo.
A los meses de aquel encuentro en Oaxaca, volví a México, esta vez a Ciudad Juárez. Después fui a Argentina, después a Cuba, países que abrazaban mi poesía, personas que se interesaban por mi escritura, por mis libros, por mi manera de interpretar el mundo o la realidad o la palabra.
No dejaba de escribir, había autoeditado un libro, había escrito otro de canciones de cuna, otro de elegías, gané un premio con otro poemario, publicaron otro a mi regreso de Palestina y autoedité “Los partos de la bestia”.
Cuando vuelvo atrás y recuerdo tantos ojos, tantos pueblos, entonces los silencios que me rodean, se vuelven necios.
Creo que debo continuar escribiendo, no sólo estos poemas que se caen de mis manos desde que vine de Andalucía, también otros, hasta el fin de mis días.
Como decía al principio llegué a la poesía tarde, sin andamiajes académicos. Le doy las gracias por acercarme a la muerte y a la risa y por permitirme saber que la ternura es posible.
Me regaló la voz y me puso a andar en este difícil camino de ser libre.

http://silviadelgadofuentes.blogspot.com.es





jueves, 25 de mayo de 2023

CORISIS, de Julián Fraile

Corisis, de Julián Fraile.
15x11 cms, 112 páginas, 5 € (envío península incluido).
Colección "Al Margen".
Edición limitada de 150 ejemplares.
Pedidos para la versión en papel:
reflectorlibros ( en ) gmail -punto- com
o al propio autor: jufrava arroba gmail com.


"A mitad de la ruta entre el deseo y lo posible, sigue siendo un soñador de lo infinito.
Consciente de su carácter, surge el experimento de la energía y el compás de la vida. Ese misterio a veces distorsionado por creencias y prejuicios, que se alejan de lo auténtico.
La luz ilumina las ilusiones y la voluntad para conocer su propia naturaleza; para fluir con su propio instinto.
Pero había que partir del caos. Buscar el equilibrio, la armonía, para alejarse de la ignorancia.
Con una quimera propia, la vitalidad busca un impulso y un progreso, una metamorfosis. Pese al lento avance, tarde o temprano, el tiempo pone cada cosa en su sitio.
Ante él, las primeras dificultades. Al principio, la timidez y la duda. Aunque pudieron más las convicciones. Pero en vez de asustarse, buscó con el entusiasmo de un ideal.
Alejado de lo fácil, los artificios se quedaron a un lado y pronto surgió el perseguidor de lo imposible.
Ahora interroga a la memoria, y ella habla, desea ser escuchada. Absorbido, queda cautivado por sus palabras y el pensamiento que expresa. Se hace entender con el lenguaje de la naturaleza y la verdad de la experiencia. Describe una práctica extensa, sobre las costumbres y opiniones, remontándose a los orígenes, de lo verdadero o erróneo de la expresión, de lo aprendido y que tantos años ha costado.
Es de imaginar que alguna gente no estará de acuerdo con su punto de vista. Pero eso no detendrá la conclusión de un aprendizaje. Ni la búsqueda de lo positivo, con paciente tarea, frente a las hipótesis regresivas, llenas de brumas, que venden miedos al por mayor.
Más de una vez incomprendido, y sabiendo que se podía equivocar, aumentó su deseo persistente de investigarlo todo, de aprenderlo todo. Los libros siguen siendo la causa eficiente y genuina, con la ayuda de admirados maestros. El trabajo y la atención, asistidos por un fuerte ahínco, lo llevan a asimilar de manera intuitiva, a vivir experiencias fecundas, a conseguir sus objetivos, su propósito. A continuar su camino con sencillez".




La huida

Verano.
Busca las sendas ocultas, aquellas que pocos conocen, donde la luz es más pura junto al refugio del río. El tiempo se duerme y los árboles parece que fabricasen la brisa. La visión y el oído se agudizan cuando el viento suspira. Sólo se oye el silencio. En brazos de la quietud, vive en mundos lejanos, el agua que viene de la montaña, regala una canción de calma, la mente por fin descansa.
Habla con el eco. Goza con la luna y el sol, con el loco y el sabio, con el río y la montaña. Viaja a la tierra de nadie. Para el hombre sencillo, no todo está en la respuesta. Habrá que agarrarse ante el vértigo que produce si le hablas al viento.

Otoño.
El otoño se acerca, lo dicen los castaños y el crisol de colores que adorna los árboles. Las hojas
empiezan a viajar por el aire. Como ellas, los pesares que mortifican. Dejan de ser una pesada carga y viajan al infinito, se alejan las cavilaciones y ofrecen un espacio de paz, sin sobresaltos en la noche. Poniente se tumba en el suelo para contemplar el universo.
El sosiego lo encuentra alejado de las multitudes, lejos de la confusión del mundo, con sus egoísmos, vanidades y envidias.

Invierno.
La montaña agita el viento del norte. La noche invita al cálido reposo cuando el día se va a dormir. Todo tiene su significado, pero a veces se pierden las palabras, para expresar la simplicidad del momento. Muchas interpretaciones tienen cabida, los deseos enredan, se buscan pensamientos elevados, expresados con habilidad y talento. Pero aún hay
mucho que aprender, la primavera está escondida, duerme lejana. Hay sonidos de viento y lluvia que tapan la aurora. Las nubes no permiten ver su sombra.
El rojo agita la leña en la lumbre. Los sentimientos se enfrían en la nieve. Pero el espíritu vuela
libre dondequiera que le lleve un poema. Habla con el viento para que todos recuerden su nombre.

Primavera.
La lluvia retrasa el despertar del letargo invernal; huyendo del invierno se escribe un nuevo paisaje, que cubierto de palabras camina hacia el estío. Un viento humedecido pinta las piedras de verde.
El sol parece indeciso, la madrugada despierta del reposo al paisaje.
Se abre paso a través de arbustos y brotes, avisa de su llegada un susurro de belleza. Privilegio del equinoccio al ver los almendros en flor. Verdes horizontes, nubes sobre las cumbres, muestran señales de calma y quietud en el aire, la hierba no hace ruido cuando crece en primavera.


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Julián Fraile se presenta:

Nací un 12 de mayo de 1955. Desde entonces no oculto mi edad, todos la saben. Hice la comunión el mismo día de mi cumpleaños, no sé si esto influyó, pero con el tiempo me hice apóstata. La primera vez que boté (con b), fue un balón. Fui jugador de balonmano. Las urnas, en este país, aún eran animales mitológicos. Mi primer amor sabía de sexo mucho más que yo. Con mi primer sueldo me tomé una cerveza. Con el segundo me tomé unas cuantas. Mi primer viaje fue a 5.000 kms. El de ayer al bar de la esquina, con un libro de Bukowski en la mano. Mitad jubilado, mitad trabajando. Disfrutando entre lo bueno y lo malo, y siempre viviendo.