jueves, 22 de abril de 2021

PATIOS, de Santos Fernando Arévalo Ávila.

PATIOS, de Santos Fernando Arévalo Ávila.
Colección Al Margen.
15x11 cms, 136 páginas, 5 €.


Edición limitada de 200 ejemplares.

Pedidos al autor: sanfer_are (arroba) hotmail.com
o en reflectorlibros ( en ) gmail -punto- com.


Sobre el libro:

Trabajando en la fábrica de Toledo tirando de unas cadenas tropecé, y a consecuencia del porrazo me hice una fisura en la cadera. A causa del accidente tuve que guardar reposo absoluto cerca de un mes; en aquel total aburrimiento tuve una visión: comencé a recorrer los patios de mi vida que tantas alegrías me habían dado, los patios de mi niñez, adolescencia, juventud y los actuales.
Ahí nació mi libro Patios, que luego, una vez recuperado y de vuelta al trabajo, fui ampliando, y lo he seguido haciendo hasta ahora. Por eso os quiero regalar esta selección de Patios que empecé con tanto dolor y he terminado con tanta alegría. Hay veces que la vida nos pone a prueba, y tiene que ser así para que empecemos cosas que ni imaginábamos. Ahora, con la satisfacción de que podáis leer estos Patios, aprovecho para daros las gracias y mandaros un inmenso abrazo.

Vente a mi patio y verás
de nacer la luz del alba
vente y podrás disfrutar
del sol la luna y la escarcha
vente a mi patio a sentir
que el amor nunca se acaba.

Sobre el autor:

Santos Fernando Arévalo Ávila nace en Ballesteros de Calatrava, Ciudad Real, el 25 de diciembre de 1956.
Su infancia transcurre entre Ballesteros y las fincas Valeria y Bocanegra, donde trabajaba su padre. A los 14 años se va de cobrador a la línea de autobuses (La Viajera) que cubre el trayecto entre Ballesteros, Villar y Cañada con la capital. De los 15 a los 17 se va a estudiar al colegio de los jesuitas “Hermano Gárate” de Ciudad Real. De los 17 a los 18 se dedica a trabajar en las labores del campo; a los 18 se va cumplir el servicio militar al ejército del aire en Getafe, y al licenciarse fija allí su residencia. Se casa con María Nieves Sánchez el 2 de mayo de 1981; en septiembre de 1982 nace su hija Carmen María y en abril de 1987 nace su hijo Álvaro.
Desde que se licencia trabaja en empresas de construcción hasta que en 1986 entra a trabajar en la empresa metalúrgica Industrias Duero S.A.
Desde joven tuvo afición a la poesía, presenta su primer poemario Mi tierra en 1995; en 1998, Tiempo de crisis; ha colaborado en la revista anual Ballesteros desde su fundación.
En 2002-2003 se inaugura el centro de poesía José Hierro: se inscribe como alumno y publica junto a sus compañeros Vigilia poética y Las manos en el semblante. Ha colaborado en las revistas del mismo centro; en la revista La Fumarola, dedicada al haiku, en 2004; publica con otros poetas Antología en 2005; Esta boca es vuestra en 2007; ese año se casa su hija Carmen María con Raúl Colmenar.
Desde 2008 es coordinador de un grupo de poesía en el centro cívico de la Alhóndiga de Getafe. Publica con sus compañeros, Haciendo camino en 2008; Primavera poética en 2010; colabora en el libro de cocina Berenjenas de Almagro. Publica Algo único en 2010, y Alhóndiga Poética I-V de 2011 a 2015; En 2014 presenta su poemario El pozo de forraje y nace su nieto Alex; publica con sus compañeros de la Alhóndiga Surcando los mares en 2016; Versos que nunca dije en 2017; X aniversario en 2018; Pinacoteca poética en 2019. En 2017 publica IV Centenario y nace su nieta Irene; en 2019 IV Centenario es ampliado para una segunda edición.
Ha colaborado en la revista Cuadernos del Matemático y el libro Getafe con todas sus letras. Patios es publicado en 2020.


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El patio

A Marcos Ana, in memoriam

Aquel patio sombrío, sin un rayo de luz,
sin una estrella,
tan lleno de verdín y de esputos sangrientos,
la tisis cabalgaba a lomos de la parca.
El poeta escribía sentado en un rincón
en un papel de estraza.
Ni un gorrión ni una mosca se atrevían a entrar;
rezumaba la muerte por los cuatro costados,
el poeta lloraba, decidme cómo es un árbol;
dime cómo canta el río, y los trinos de los pájaros,
el oro y verde del trigo.
Dime cómo son los labios que en mis sueños he perdido,
el mar, las viejas encinas, los frutos de los olivos.
que se acerque a mi ventana una paloma o un mirlo,
que venga un cuervo graznando, con el perfume de un lirio;
que me acaricie una rosa y que me dé un beso un niño,
Por pensar como yo pienso, me tienen aquí cautivo,
quiero llorar y no puedo, miro al cielo y no lo miro;
tengo que pensar y pienso, no sé si estoy muerto o vivo.
Me ha despertado el cerrojo, tan siniestro y tan cautivo,
pasa lista el carcelero, se oye el relevo en el patio,
tengo miedo, en el catre me protejo y acurruco.
Por el ventanuco un rayo de luna tímida asoma
para enjugarme las lágrimas, y yo escribo.



Patio de Lanjarón

A la poeta Elvira Milagros Gil

Elvira Milagros Gil,
bebe poemas de plata
en el patio Lanjarón
cuando cantan las calandrias.
En el caño de la fuente
nacen mariposas blancas,
puras, limpias como el cielo,
copos de Sierra Nevada.
Los helechos bambolean
los violines de la Alhambra,
en el fondo del pilón
se esconde una salamandra.
Los nardos de Federico
en los bucles se engalanan,
copulan con el Genil
entre peñas y barrancas.
¡Oh! Patio de Lanjarón
quién pudiera ver tu cara,
y recitar con Milagros
los poemas de Granada.





martes, 23 de marzo de 2021

Inauguramos la colección "Al margen".

 Al Margen es la colección "autoeditada" de Reflector. Libros que no distribuimos ni movemos, pero que editamos sin coste (salvo la imprenta) a autor@s que nos gustan, nos interesan, tienen relación con nosotr@s. La lanzamos oficialmente en marzo de 2021, aunque algunos de sus títulos llevan editados (sin el sello de Reflector) un par de años. Su distribución y PVP depende de l@s autor@s, y recomendamos ponerse en contacto con ell@s para conseguirlos, aunque en Reflector tengamos a la venta 4 copias de cada título.

El primer libro "oficial" de la colección Al Margen es:

TORMENTAS Y ESTUARIOS, de Alberto Camacho Porras.

Colección Al Margen.
15x11 cms, 88 páginas, 5 € .


Edición limitada de 200 ejemplares.
Pedidos al autor: tormentasyestuarios (arroba) gmail (punto) com

Pedidos a Reflector: reflectorlibros ( arroba) gmail (punto) com.

Esta edición es en parte benéfica para colectivos, librerías, personas presas (más info sobre esto: escribid al autor).


"Este libro se escribió entre el otoño de dos mil dieciocho y las últimas semanas del fatídico dos mil veinte. Como toda creación humana, ante todo es producto de las influencias, trabajo y apoyo de muchas personas conocidas, así como de otras completamente ajenas. A todas ellas, muchas gracias por la parte que os corresponde.

El título del poemario se lo debo a la canción "Encuentro mi descanso aquí" (incluida en "Las palabras y los ríos", discos El Sembrador, 2004), de la banda de hardcore melódico de Quilmes (Argentina), Eterna Inocencia, a la que llevo escuchando desde hace años".

Alberto Camacho Porras (Pinto, 1984) forma parte de los movimientos sociales ligados al anarquismo desde su adolescencia. Dentro de este mundillo participa en la redacción del fanzine local Jartos de Aguantar, siendo esta la primera de sus variadas colaboraciones dentro del ámbito libertario y anticapitalista, al principio con pseudónimo y en los últimos años ya de forma pública.
Estas colaboraciones abarcan desde distintas formas de experimentar con la literatura al ensayo político, así como la crítica al deporte de competición y la reseña de rutas de montaña, estas últimas publicadas en el extinto blog Baja Montaña.
Vinculado también con diversas radios libres y comunitarias, desarrolla programas con diferentes temáticas, que van desde el hardcore punk al análisis político, pasando por el deporte o la historia, todo ello en emisoras y programas en formato podcast como Pasión por el Ruido, RadioQk, Radio ELA o Radio Xata.
Este es su segundo libro tras Me gustaría volver, el problema es que no sé adónde (Doble Vínculo, Santander, 2018).



En la clara oscuridad

Echo de menos los otoños.
En este, los árboles son como las personas:
desgarbadas o tristes,
quizá temblorosas.
Desnudas en su intimidad.
Solitarias en una engañosa cercanía.
Sin embargo, cada vez hay menos otoño,
como cada vez hay menos personas.
De entre ellas,
las que se alejan son un profundo agujero,
una mina vaciada de su valor
y de sus riquezas tan solo atisbadas.



Fe

En su momento creí en banderas negras
envueltas en fuego y llamas.
En la destrucción implacable
de todo lo que nos rodea.
En la noche más larga,
una noche de eterna venganza.
En su momento creí en miles de personas muertas,
con las vidas fuera de sus ojos,
las cuencas vacías.
En la Victoria.
Final, definitiva e irreversible.
Lo hice con la furia del demente
y la fe del elegido.
Y ahora mismo,
más viejo y tranquilo,
lo recuerdo todo con nostalgia y amable
desesperación.